Las fuentes de energía fósiles han servido a la humanidad durante muchos siglos como fuente de calor. También fueron indispensables durante mucho tiempo como combustible para el transporte y la generación de electricidad. Sin embargo, cada vez está más claro que el carbón, el petróleo y el gas natural perderán importancia en un futuro próximo. En su lugar, cada vez cobran más protagonismo las fuentes de energía renovables, especialmente el uso de la energía eólica y la energía solar.
Hay muchas razones para ello. Por un lado, hay que reducir la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera terrestre para mitigar el cambio climático y evitar o al menos reducir el efecto invernadero provocado por este gas. Por otro lado, las cuestiones de la seguridad del suministro y la susceptibilidad de las redes a las interrupciones, así como el aumento de los precios de la energía, desempeñan un papel cada vez más importante.
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La tecnología solar ofrece ventajas prácticas y económicas
Sobre todo, las fuertes subidas de precios amenazan con alterar los planes domésticos de muchos consumidores, y la experiencia demuestra que medidas como el cambio de proveedor de electricidad, el uso más moderado de la energía en los hogares o la reducción del consumo eléctrico en la oficina doméstica ya no bastan por sí solas para contrarrestar eficazmente el aumento de los costes. En vista de ello, cada vez más particulares se interesan por posibles alternativas a los combustibles fósiles convencionales.
Instituciones como la Agencia Federal de Medio Ambiente ofrecen información sobre el tema de la energía solar de fácil comprensión incluso para los no expertos. La energía fotovoltaica resulta especialmente atractiva, entre otras cosas porque puede instalarse sin problemas en muchos lugares de Alemania y puede explotarse de forma bastante económica incluso a pequeña escala. En cambio, los aerogeneradores se instalan en muchos menos lugares. Por otra parte, las plantas solares más pequeñas pueden funcionar incluso en los balcones, y los propietarios de una casa a menudo pueden utilizar grandes partes del tejado para este fin.
Incluso los propietarios que no quieran explotar su propia instalación solar pueden, al menos, alquilar el espacio de su tejado para que terceros interesados puedan instalar y explotar sistemas en él. De este modo, los ingresos procedentes del alquiler de la superficie del tejado pueden ayudar a compensar, al menos proporcionalmente, los mayores costes energéticos, aliviando así la carga de los hogares.
Valor añadido económico y ecológico
Dado que los responsables políticos están trabajando activamente para seguir reduciendo y eliminando las barreras a un mayor uso de la energía solar, es probable que los sistemas solares gestionados de forma privada adquieran aún más importancia en el futuro. Aunque el valor añadido económico se hará visible tarde o temprano en las cuentas del propio hogar, hay otros efectos, al menos superficialmente no tan fáciles de medir, que hablan a favor del mayor número posible de sistemas solares privados. Por un lado, las estructuras descentralizadas y a pequeña escala son menos vulnerables a los ataques de piratas informáticos o a actos físicos de sabotaje. Por otro, el entorno natural también se beneficia si el mayor número posible de los nuevos sistemas solares emergentes se erigen en edificios que ya existen de todos modos.
El Ministerio Federal de Medio Ambiente, por ejemplo, señala la necesidad de limitar la expansión de los sistemas instalados en el suelo y, al mismo tiempo, reforzar la expansión de los sistemas instalados en tejados. De este modo, se pueden proteger hábitats naturales que, de otro modo, podrían agotarse para la construcción de grandes instalaciones en espacios abiertos vallados. Por este motivo, el tamaño de los sistemas sobre cubierta subvencionables se limitó a 20 megavatios. Al mismo tiempo, se introdujeron elementos de licitación separados para la fotovoltaica sobre tejado, por un lado, y la fotovoltaica sobre suelo, por otro.
Si estas medidas, así como una amplia educación pública, consiguieran equipar muchos más tejados con sistemas solares, no sólo se beneficiaría la protección del clima, sino también la conservación de la naturaleza.