El fabricante de antivirus Kaspersky ha sufrido un duro revés. Sus productos están prohibidos para las agencias gubernamentales de EE.UU.
El trasfondo de esta medida son las acusaciones de espionaje contra Kaspersky por parte de los servicios de inteligencia estadounidenses. Kaspersky, una empresa informática rusa, ha afirmado en repetidas ocasiones que no se dedica al espionaje, pero no ha podido evitar la prohibición que ahora se ha promulgado por ley.
Sólo el tiempo dirá si la prohibición afectará también a agencias no estadounidenses. Es probable que aliados cercanos de EE.UU., como Gran Bretaña, adopten medidas similares. Sin embargo, tanto en el negocio mayorista como en el minorista, es probable que la decisión de EE.UU. haga tambalear la confianza de los usuarios de forma permanente y posiblemente den preferencia a otros productos audiovisuales.